Queridas princesas y principesos:
No me considero una persona débil o quejica. Tengo mis momentos, como todo el mundo, en general cuando estoy cansada, que tomo actitud de niña pequeña y me pongo quejicosa. Pero creo que por lo general, tengo el umbral de dolor bastante alto. Soy de ese tipo de persona, que si le duele algo a eso de las siete de la tarde y le dicen que se tome un ibuproféno, contesta 'nah, esta noche durmiendo se me pasa'.
Bueno, todo esto os lo cuento porque hoy me he levantado con un nivel de dolor y destrucción que mi desayuno ha sido un café y tres gelocatíles.
Estoy recostada en la cama, y noto como se me relajan las piernas; esa sensación que es una mezcla entre relajación, que se te están durmiendo y peso muerto que tanto me gusta.
Así que, queridas princesas y principesos, he decidido tomarme la mañana para mi, y esta tarde, ya me pondré con mis deberes como estudiante, hija, etc.
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